Sin embargo, la necesidad de los puntos, no dejó atrás la caballerosidad y el respeto que debería ser moneda corriente en nuestro fútbol infantil de cada día, pero que lamentablemente debe destacarse como honrosa excecpción.
El recibimiento de los locales al campeón Fátima es un buen ejemplo a imitar: enseñarle a los chicos a felicitar al que gana sin resentimientos, con la convicción de que el fútbol infantil es una competencia deportiva y no una guerra, es una parte importantísima de la formación que los chicos reciben en nuestros clubes.
Nuestras felicitaciones para Sokol, grandes y chicos, que colaboran con su ejemplo para que el fútbol infantil sea siempre una fiesta.
Fotos: Martín de Fátima
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